Lo bueno y lo malo del SEM
Quizá te estés preguntando si deberías incorporar ¡ya! el SEM a tu estrategia de marketing digital. Sin duda, debes conocer lo bueno y lo malo del SEM, aunque el marketing en buscadores es una herramienta poderosa y adecuada para casi todo tipo de marcas. Para que puedas valorar mejor cuándo y cómo incluirla, te comento sus principales ventajas y desventajas.
Ventajas
Altamente medible. Las herramientas como Google AdWords te proporcionan informes altamente detallados de la evolución de tu campaña, de manera que podrás saber en todo momento qué ocurre con tus anuncios. Además, puedes aprovecharte de la integración con Analytics para tenerlo todo controlado a la perfección.
Seguimiento en tiempo real. La interfaz de analítica te permite ver qué está pasando en cada momento y corregir el rumbo al momento si no obtienes los resultados que buscas.
Pago por clic. De esta manera, solo pagarás si consigues resultados. Puedes controlar en todo momento el presupuesto máximo diario que estás dispuesto a invertir, así como el coste máximo por clic que puedes pagar. De esta manera, te aseguras de que la campaña salga rentable en todos los casos.
Rapidez. Respecto a otras técnicas como el SEO o el marketing de contenidos, la publicidad en buscadores permite alcanzar resultados relativamente rápidos y a gran escala.
Al alcance de todos. Dado que la inversión presupuestaria es escalable, esta solución funciona tanto para grandes empresas como para pymes. Todas ellas compiten en igualdad de condiciones en la «lucha» por alcanzar los primeros puestos para las palabras clave.
Segmentación. Por último, otro punto fuerte de esta herramienta son sus grandes posibilidades de segmentación. Al estar orientada a palabras clave, llegaremos al público que está activamente interesado en nosotros. Y además, podemos filtrarlo por otros factores como la ubicación, el idioma o el comportamiento.
Desventajas
Mayor coste a largo plazo. Hablando claro: el SEM solo funciona mientras pagas. Aunque con el tiempo puedes lograr optimizar tus campañas y reducir los costes por clic, tendrás que seguir pagando por cada una de las visitas que consigas.
Alto nivel de competencia. El Search Engine Marketing se ha popularizado y son muchas las empresas que compiten para posicionarse en las mismas palabras clave. Esta competencia hace que los costes suban y que en algunas ocasiones pueda ser difícil conseguir un buen ROI.
Es interruptivo. A diferencia de otras soluciones como la publicidad nativa, el SEM supone «invadir» el espacio del usuario con contenidos que este no ha demandado previamente. De hecho, si el usuario al que te diriges usa un bloqueador de publicidad, es posible que no vea tus anuncios.
Conceptos básicos para crear tu estrategia SEM
Vamos a basarnos en los términos que se usan en Google AdWords.
- Palabra clave o keyword: las palabras clave son «la madre del cordero», la base en la que se sustenta todo el SEM (y el SEO, claro). Dicho de manera sencilla, son las palabras, grupos de palabras o frases que harán que tu anuncio se muestre a los usuarios.
- Anuncio de texto: el tipo de anuncio estándar que se muestra en los buscadores. Generalmente tienen un título, dos líneas de texto y un enlace personalizable.
- Grupo de anuncios: los grupos de anuncios son conjuntos de anuncios y palabras clave. A su vez, estos se agrupan en campañas, en las que se puede definir el presupuesto diario y los países o territorios donde aparecerán los anuncios.
- Red de búsqueda: la parte del buscador en la que pueden aparecer tus anuncios. Lo más sencillo es trabajar con anuncios de texto en las partes superior y derecha de la página de resultados, pero también se pueden mostrar anuncios en otros sitios como Google Shopping o Google Maps.
- Impresiones: número de veces que se ha mostrado un anuncio.
- Clics: número de veces que se ha hecho clic en un anuncio.
- CTR: porcentaje de impresiones que generan un clic.
- CPC: coste medio por clic. Podemos definir un CPC máximo para garantizar que no nos pasamos de presupuesto.
- Nivel de calidad: puntuación (determinada por Google) de una palabra clave y de un anuncio para determinar su CPC. En teoría, cuanto mayor sea la calidad de un anuncio, menos pagarás por cada clic.